La consagración de Dozer, el rapero de los trenes y el asfalto
El nuevo campeón argentino de freestyle, la competencia de rap improvisado, se consagró ante miles de personas en el mítico Luna Park.
A pesar de las joyas, el oro y la fama que confunden y envuelven al ambiente del Hip Hop, los mejores frestylers argentinos siguen saliendo de las plazas. Wos y Dozer, los últimos ganadores de La Batalla de Los Gallos, la competencia de rap improvisado, se convirtieron en los principales exponentes de esa generación. Con la humildad de los abajo y la astucia de los viejos payadores, combinan arte y calle, en su mejor versión.
El primero, que se llama Valentín Oliva y es la gran joya del freestyle en Argentina, en su discurso triunfal de 2017 hizo estallar el Luna Park al recordar al joven Santiago Maldonado, quien murió en el marco de una represión de Gendarmería. Y el actual campeón, en medio de la competencia, apeló a las promesas incumplidas de Mauricio Macri con una rima inolvidable que también hizo temblar al templo del box. Ambos, Wos y Dozer, van a representar al país en la final internacional que se disputará a fin de año en Buenos Aires y en la que se medirán ante rivales de otras 12 regiones hispanoparlantes.
“No me vendo por la plata / el money no me interesa / la ambición mata al rapero que a su inicio no regresa”, canta Dozer en su potente tema “El Estudiante del Asfalto”. El muchacho del conurbano, que es hijo de una madre costurera y un padre taxista, en el informe “Hambre de Rap” de la señal Telefe, recuerda que un día “a los 17 años mi mamá me encontró llorando. Yo le conté que era porque no hacía nada y me sentía un fracasado porque no la podía ayudar. ‘Hace lo que tengas que hacer’, me dijo. Y ahí mismo me fui a los trenes a rapear. Volví, se lo conté, traje plata y entonces cambió todo".
"Yo era el negrito de la escuela, tenía ‘corte pelela’ y la cara llena de granos. Me hacían bullying todo el tiempo. Lo sufría demasiado. Pero cuando me lo dijeron en una batalla, me desahogue y competí contra eso", rememora Dozer. Una postal de ese exorcismo quedó anclada en agosto de 2016. "Mi apariencia no define la paliza que te doy", largó ante un colmado Parque Rivadavia, en ese coliseo urbano que domingo tras domingo reunía a los mejores freestylers en las convocatorias de El Quinto Escalón. Esa frase y esa batalla, que hoy cosecha más de un 1.500.00 de visitas en Youtube, sigue tallada en la memoria del movimiento.
El fenómeno de los freestylers es colosal. Son jóvenes de todas partes y de distintas clases sociales que se juntan en rondas y mientras uno tira una base rítmica con los sonidos de la boca el resto se lanza a improvisar. El ritual los reúne en las puertas de los colegios, en las esquinas, en los clubes. Dozer, que se llama Juan Matías Varela y es oriundo del barrio Don Orione, el complejo de monoblocks construido en el partido de Almirante Brown, empezó a rapear los 11 años y pudo hacer escuela en la mítica Halabalusa. El pasado sábado 4 de agosto, a los 25 años y ante más de 6 mil personas, se consagró como el mejor de todos.
La edición 2018 de la Batalla de los Gallos Red Bull fue una competencia inusual, atravesada por las sorpresas y los desaciertos. Por eso mismo, las fichas se movieron rápido en el Luna Park. Los favoritos, perdieron de entrada. Los desconocidos, pudieron mostrarse. Papo Mc, campeón argentino 2016, eligió a Nacho en el camarín y estos dos gladiadores tuvieron que abrir la velada de duelos verbales. Fue una final anticipada. El primer cruce enfrentó a los principales candidatos. “La Bestia del Hardcore” volvió a quedarse sin voz, no pudo sostener el embate de Nacho y cayó en la tercera réplica. En la otra fase, a Nacho lo esperaría Klan, el otro favorito del público. Y Cacha, que siempre genera expectativas, también se quedó en octavos.
Con esos movimientos, Dozer vio como caían sus rivales directos y le liberaban el camino hacia la gloria. Cuando le tocó salir a escena, favorecido por las llaves y los grupos, estuvo a la altura de las circunstancias y barrió al novato Alkoy a puro dobletempo.
Los cuartos de final, por la caída de Nacho ante un Klan inspirado y la salida del experimentado Danyelus, ya ubicaban a Dozer como el elegido a llevarse el cinturón. "Es una promesa de Macri nunca se va a cumplir”, rimó ante el debutante Nova, en uno de los punchlines más festejados del torneo. La ovación fue tan gigantesca que hasta dejaron de oírse los beats de DJ Zone. “Soy de hacer chistes con el gobierno porque todos lo vivimos y lo padecemos, así que yo lo agarro y lo uso como recurso”, reconoció Dozer después.
En las seminifinales, Dozer sacó del escenario a Sub en menos de cinco minutos, a pesar del buen nivel que mostró el representante de Cuyo. Así, después de dos años seguidos (2016-2017), puso atravesar esa instancia y alcanzar la final. Enfrente estaría Stuart, el rosarino que derrotó a Klan.
A las 23:03, los dos mejores gallos se pararon en el medio del escenario y frente a la multitud. El primer round, con cinco entradas a capela, fue para Dozer. Ya con la pista sonando, desplegó un flow increíble y fortaleció la tendencia: “Escúchame, papá, esto viene con poderes. No le digas qué gritar a la gente, ellos gritan lo que quieren”, arremetió y selló la victoria de antemano. “Hagas lo que hagas me voy a la internacional / mira hermano, un cristiano se va para la mundial”, fue lo último que rimó, como ya sabiéndose ganador.
“A mi conocer a Dios me cambió la vida, me sacó de muchas cosas malas”, confiesa Dozer, quien no terminó el colegio secundario. “Somos chicos sanos que rimamos sanamente”, explica. Aunque promueva ese mensaje, en las batallas lo atacan constantemente por su condición de cristiano. Con su fe intacta, promueve el respeto porque entiende que “tiene más mérito generar una respuesta inteligente”, y en esa explicación radica su destreza para humillar sin insultar. Por eso cuando promueve un rap de valores, canta que "Argentina talentosa se muere entre los laureles, con raperos que solo hablan de sexo, drogas y mujeres”.
A pesar de las joyas, el oro y la fama que confunden y envuelven al ambiente del Hip Hop, los mejores frestylers argentinos siguen saliendo de las plazas. Wos y Dozer, los últimos ganadores de La Batalla de Los Gallos, la competencia de rap improvisado, se convirtieron en los principales exponentes de esa generación. Con la humildad de los abajo y la astucia de los viejos payadores, combinan arte y calle, en su mejor versión.
El primero, que se llama Valentín Oliva y es la gran joya del freestyle en Argentina, en su discurso triunfal de 2017 hizo estallar el Luna Park al recordar al joven Santiago Maldonado, quien murió en el marco de una represión de Gendarmería. Y el actual campeón, en medio de la competencia, apeló a las promesas incumplidas de Mauricio Macri con una rima inolvidable que también hizo temblar al templo del box. Ambos, Wos y Dozer, van a representar al país en la final internacional que se disputará a fin de año en Buenos Aires y en la que se medirán ante rivales de otras 12 regiones hispanoparlantes.
“No me vendo por la plata / el money no me interesa / la ambición mata al rapero que a su inicio no regresa”, canta Dozer en su potente tema “El Estudiante del Asfalto”. El muchacho del conurbano, que es hijo de una madre costurera y un padre taxista, en el informe “Hambre de Rap” de la señal Telefe, recuerda que un día “a los 17 años mi mamá me encontró llorando. Yo le conté que era porque no hacía nada y me sentía un fracasado porque no la podía ayudar. ‘Hace lo que tengas que hacer’, me dijo. Y ahí mismo me fui a los trenes a rapear. Volví, se lo conté, traje plata y entonces cambió todo".
"Yo era el negrito de la escuela, tenía ‘corte pelela’ y la cara llena de granos. Me hacían bullying todo el tiempo. Lo sufría demasiado. Pero cuando me lo dijeron en una batalla, me desahogue y competí contra eso", rememora Dozer. Una postal de ese exorcismo quedó anclada en agosto de 2016. "Mi apariencia no define la paliza que te doy", largó ante un colmado Parque Rivadavia, en ese coliseo urbano que domingo tras domingo reunía a los mejores freestylers en las convocatorias de El Quinto Escalón. Esa frase y esa batalla, que hoy cosecha más de un 1.500.00 de visitas en Youtube, sigue tallada en la memoria del movimiento.
El fenómeno de los freestylers es colosal. Son jóvenes de todas partes y de distintas clases sociales que se juntan en rondas y mientras uno tira una base rítmica con los sonidos de la boca el resto se lanza a improvisar. El ritual los reúne en las puertas de los colegios, en las esquinas, en los clubes. Dozer, que se llama Juan Matías Varela y es oriundo del barrio Don Orione, el complejo de monoblocks construido en el partido de Almirante Brown, empezó a rapear los 11 años y pudo hacer escuela en la mítica Halabalusa. El pasado sábado 4 de agosto, a los 25 años y ante más de 6 mil personas, se consagró como el mejor de todos.
La edición 2018 de la Batalla de los Gallos Red Bull fue una competencia inusual, atravesada por las sorpresas y los desaciertos. Por eso mismo, las fichas se movieron rápido en el Luna Park. Los favoritos, perdieron de entrada. Los desconocidos, pudieron mostrarse. Papo Mc, campeón argentino 2016, eligió a Nacho en el camarín y estos dos gladiadores tuvieron que abrir la velada de duelos verbales. Fue una final anticipada. El primer cruce enfrentó a los principales candidatos. “La Bestia del Hardcore” volvió a quedarse sin voz, no pudo sostener el embate de Nacho y cayó en la tercera réplica. En la otra fase, a Nacho lo esperaría Klan, el otro favorito del público. Y Cacha, que siempre genera expectativas, también se quedó en octavos.
Con esos movimientos, Dozer vio como caían sus rivales directos y le liberaban el camino hacia la gloria. Cuando le tocó salir a escena, favorecido por las llaves y los grupos, estuvo a la altura de las circunstancias y barrió al novato Alkoy a puro dobletempo.
Los cuartos de final, por la caída de Nacho ante un Klan inspirado y la salida del experimentado Danyelus, ya ubicaban a Dozer como el elegido a llevarse el cinturón. "Es una promesa de Macri nunca se va a cumplir”, rimó ante el debutante Nova, en uno de los punchlines más festejados del torneo. La ovación fue tan gigantesca que hasta dejaron de oírse los beats de DJ Zone. “Soy de hacer chistes con el gobierno porque todos lo vivimos y lo padecemos, así que yo lo agarro y lo uso como recurso”, reconoció Dozer después.
En las seminifinales, Dozer sacó del escenario a Sub en menos de cinco minutos, a pesar del buen nivel que mostró el representante de Cuyo. Así, después de dos años seguidos (2016-2017), puso atravesar esa instancia y alcanzar la final. Enfrente estaría Stuart, el rosarino que derrotó a Klan.
A las 23:03, los dos mejores gallos se pararon en el medio del escenario y frente a la multitud. El primer round, con cinco entradas a capela, fue para Dozer. Ya con la pista sonando, desplegó un flow increíble y fortaleció la tendencia: “Escúchame, papá, esto viene con poderes. No le digas qué gritar a la gente, ellos gritan lo que quieren”, arremetió y selló la victoria de antemano. “Hagas lo que hagas me voy a la internacional / mira hermano, un cristiano se va para la mundial”, fue lo último que rimó, como ya sabiéndose ganador.
“A mi conocer a Dios me cambió la vida, me sacó de muchas cosas malas”, confiesa Dozer, quien no terminó el colegio secundario. “Somos chicos sanos que rimamos sanamente”, explica. Aunque promueva ese mensaje, en las batallas lo atacan constantemente por su condición de cristiano. Con su fe intacta, promueve el respeto porque entiende que “tiene más mérito generar una respuesta inteligente”, y en esa explicación radica su destreza para humillar sin insultar. Por eso cuando promueve un rap de valores, canta que "Argentina talentosa se muere entre los laureles, con raperos que solo hablan de sexo, drogas y mujeres”.
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